MENSTRUACIÓN, MI EXPERIENCIA

En un blog sobre sexualidad femenina no podía faltar una entrada sobre ciclo menstrual. No me considero una experta en este tema, es más, creo que mi conocimiento sobre esta materia es menor que el de la mayoría de las mujeres. Si me gustaría, no obstante, trasladarte mis experiencias.

Mi menarquía (primera regla) llegó bastante tarde para lo que era habitual en mi entorno. Mi madre lo achacó al componente genético porque a ella le había ocurrido lo mismo. Recuerdo que me daba muchísima vergüenza de que hablara de este tema delante de extraños.

La cuestión fue que mi menstruación no era regular, más bien aparecía cuando le daba la gana, y claro, como aquello no era “normal” pues mi madre me llevó al ginecólogo y a otros médicos para ver si daban con el problema.

Y pasaban los años y yo feliz de librarme de aquel engorro, aunque a veces, he de confesar que aquella cuestión me hacía sentir que era un poco rara. También estaba el tema de que si mi sobrepeso se podía deber en parte a este trastorno hormonal.

El caso es que sin menstruación difícilmente podría quedarme embarazada de un modo natural, y, así fue, como no ovulaba tuve que ponerme en tratamiento de fertilidad con 34 años cuando el instinto y otras cuestiones me llevaron a la decisión de querer ser madre.

Recibí un tratamiento hormonal de estimulación ovárica y con tan buena suerte que funcionó a la primera y me quedé embarazada de mellizos, pero esa es otra historia.

Después de mi embarazo, parto por cesárea, y una lactancia muy, muy, muy larga, mi menstruación seguía mi tono habitual de aparecer cuando le parecía.

Y, así seguía la vida hasta que, a los cuarenta y nueve años, me inscribo en el curso on line Conciencia de mi cuerpo de mujer de Mónica Felipe Larralde y comencé a practicar la relajación del útero y otras meditaciones que forman parte de la maravillosa propuesta de Mónica. Y de manera sorprendente me viene el periodo dos veces durante los tres meses que dura el curso. Cuando me cuestiono qué fue lo que cambió para que pasara, y no creo en los milagros menstruales, he llegado a la conclusión que se debió a que por primera vez en mi vida presté atención a ese órgano maravilloso que es el útero, también órgano olvidado y desdeñado más allá de su función en la procreación de la especie.

Por terminar esta historia, les contaré que a mis cincuenta y tres años sigo menstruando, ahora sí, regularmente. Disfruto de la vivencia y de la experiencia cada mes como si tuviera quince años, y poco a poco voy siendo consciente de las fases menstruales, un poco por lo que siento, otro poco por lo que me cuenta las amigas, y desde luego todo esto me está sirviendo para conocerme mejor y dejarme de sentir “rara”.

Pero, en definitiva, como no soy una experta en este tema ni mucho menos le he pedido a mi amiga del útero, Betty García, Hija de lobos, que nos hable sobre este maravilloso aspecto de nuestra vida. Puedes leerla aquí.

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