FISIOLOGIA DEL PLACER FEMENINO, LO QUE NO NOS CONTARON EN LA CLASE DE CIENCIAS NATURALES

Cuando hablamos de anatomía sexual femenina a todas nos viene a la mente una imagen relacionada con la sexualidad reproductiva: útero, trompas de Falopio, ovarios… Sin embargo, no conocemos nuestros genitales desde un punto de vista erógeno. La ubicación de los mismos ha dificultado que sepamos situar cada una de sus partes, pero lo cierto es, que la cultura de la que procedemos nos ha llevado a la negación y el desconocimiento de esa parte de nuestro ser.

Crecemos alejadas de nuestro propio cuerpo, creemos que somos eso que la mente piensa que somos. Vivimos de espaldas al sentir. Todo nuestro cuerpo tiene que ver con la sexualidad, todo nuestro cuerpo es erógeno y tiene una potencialidad infinita para sentir placer pero para llegar a este punto es necesario conocernos y reconectarnos. Para poder recuperar la unidad mente-cuerpo necesitamos conocernos desde la mente, sabiendo situar cada una de los órganos y partes que conforman nuestros genitales erógenos, pero sobre todo necesitamos conectarnos interiormente con nuestros genitales, saber cómo somos en nuestro interior, poniendo no solo nombre sino también sensaciones a eso que somos, sentirnos.

Es primordial que cada mujer conozca su geografía genital, volviendo la mirada hacia esta parte de nuestro cuerpo. Es frecuente que la mujer no se haya mirado sus propios genitales con un espejo y que desconozca por completo su forma y apariencia. Se nos enseñó a no mirarnos, no tocarnos, no explorar nuestra anatomía, se nos enseñó a que eso que teníamos entre las piernas era feo y sucio.

Nuestro cuerpo existe dos veces, a nivel físico y a nivel cerebral, lo que no miro, no toco y no siento, no existe. Necesitamos por tanto redibujar nuestro mapa borrado. Es nuestra responsabilidad explorarnos, descubrir nuestro propio cuerpo, mirándolo, tocándolo, aprendiendo a acariciarlo, y entendiendo su funcionamiento. Esto hará posible que lleguemos a disfrutar de nuestra erótica, a solas o en compañía.

Hagamos un repaso a nuestra anatomía genital erógena y nuestro sistema sexual pero sin perder la visión de que todo nuestro cuerpo forma parte de nuestra erótica y capacidad de sentir placer.


El sistema reproductor femenino y la anatomía genital erógena comprenden:

Órganos genitales externos = vulva

  • Monte de Venus
  • Labios mayores
  • Labios menores
  • Vestíbulo de la vagina
  • Clítoris

Órganos genitales internos

  • Vagina
  • Útero
  • Trompas de Falopio
  • Ovarios

Glándulas genitales auxiliares

  • Glándulas vestibulares
  • Glándulas parauretrales


MONTE DEL PUBIS, MONTE DE VENUS

El monte del pubis es una zona redondeada que se encuentra por delante del pubis. Está formada por tejido adiposo recubierto de piel con vello.

LABIOS MAYORES

Los labios mayores son dos grandes pliegues de piel que contienen en su interior tejido adiposo subcutáneo y que se dirigen hacia abajo y hacia atrás desde el monte del pubis.

Después de la pubertad, sus superficies externas quedan revestidas de piel pigmentada que contiene glándulas sebáceas y sudoríparas y está recubierta por vello. El orificio entre los labios mayores se llama hendidura vulvar.

LABIOS MENORES

Los labios menores son dos delicados pliegues de piel que no contienen tejido adiposo subcutáneo ni están cubiertos por vello pero que poseen glándulas sebáceas y sudoríparas. Los labios menores se encuentran entre los labios mayores y rodean el vestíbulo de la vagina. En mujeres jóvenes sin hijos, habitualmente los labios menores están cubiertos por los labios mayores. En mujeres que han tenido hijos, los labios menores pueden salir hacia afuera  a través de los labios mayores.

VESTÍBULO DE LA VAGINA

El vestíbulo de la vagina es el espacio situado entre los labios menores y en él se localizan los orificios de la uretra, de la vagina y de los conductos de salida de las glándulas vestibulares mayores (de Bartolino) que secretan moco durante la excitación sexual, el cual se añade al moco cervical y proporciona lubricación.

El orificio uretral externo se localiza 2 – 3 cm. por detrás del clítoris, e inmediatamente por delante del orificio vaginal. A cada lado del orificio uretral se encuentran los orificios de desembocadura de las glándulas parauretrales (de Skenne) que están situadas en las paredes de la uretra.

El orificio vaginal es mucho más grande que el orificio uretral. El aspecto del orificio vaginal depende del himen, que es un delgado pliegue incompleto de membrana mucosa que rodea dicho orificio. Las carúnculas himeneales son los restos del himen que han quedado adheridos a la vagina.

CLÍTORIS

El clítoris es un órgano compuesto por tejido eréctil que se agranda al rellenarse con sangre durante la excitación sexual. Consiste en: dos pilares, dos cuerpos cavernosos y un glande y se mantiene en su lugar por la acción de varios ligamentos. El glande del clítoris es la parte expuesta del mismo y es muy sensitivo. La porción de los labios menores que rodea al clítoris recibe el nombre de prepucio del clítoris.

Los bulbos son dos masas alargadas de tejido eréctil de unos 3 cm. de longitud que se encuentran a ambos lados del orificio vaginal. Estos bulbos durante la excitación sexual se agrandan, al rellenarse con sangre, y estrechan el orificio vaginal produciendo presión sobre el pene durante el acto sexual.

VAGINA

La vagina es el órgano femenino de la copulación, el lugar por el que sale el líquido menstrual al exterior y el extremo inferior del canal del parto. Se trata de un tubo músculo-membranoso que se encuentra por detrás de la vejiga urinaria y por delante del recto.

Su pared anterior tiene una longitud de 6 – 8 cm., su pared posterior de 7 – 10 cm. y están en contacto entre sí en condiciones normales. Desemboca en el vestíbulo de la vagina, entre los labios menores, por el orificio de la vagina que puede estar cerrado parcialmente por el himen que es un pliegue incompleto de membrana mucosa.

La vagina comunica por su parte superior con la cavidad uterina ya que el cuello del útero se proyecta en su interior.

La pared vaginal tiene 3 capas: una externa o serosa, una intermedia o muscular (de músculo liso) y una interna o mucosa. Esta pared vaginal juega un importante papel en la lubricación.

ÚTERO O MATRIZ

El útero es un órgano muscular hueco con forma de pera que constituye parte del camino que siguen los espermatozoides depositados en la vagina hasta alcanzar las trompas de Falopio. Tiene unos 7-8 cm. de longitud, 5 – 7 cm. de ancho y 2 – 3 cm. de espesor ya que sus paredes son gruesas. Su tamaño es mayor después de embarazos recientes y más pequeño cuando los niveles hormonales son bajos como sucede en la menopausia. Está situado entre la vejiga por delante y el recto por detrás y consiste en dos porciones: los 2/3 superiores constituyen el cuerpo y el 1/3 inferior, el cuello o cérvix en donde se encuentra el orificio uterino por el que se comunica el interior del útero con la vagina. La porción superior redondeada del cuerpo se llama fondo del útero y a los extremos del mismo o cuernos del útero se unen a las trompas de Falopio, cuyas cavidades quedan así comunicadas con el interior del útero. Varios ligamentos mantienen al útero en posición.

La pared del cuerpo del útero tiene tres capas:

  • una capa externa serosa o perímetro
  • una capa media muscular (constituida por músculo liso) o miometrio
  • una capa interna mucosa (con un epitelio simple columnar ciliado) o endometrio, en donde se implanta el huevo fecundado y es la capa uterina que se expulsa, casi en su totalidad, durante la menstruación.

Las células secretoras de la mucosa del cuello uterino producen una secreción llamada moco cervical, mezcla de agua, glucoproteínas, lípidos, enzimas y sales inorgánicas.

TROMPAS DE FALOPIO

Las trompas de Falopio son 2 conductos de 10 – 12 cm. de longitud y 1 cm. de diámetro que se unen a los cuernos del útero por cada lado. Están diseñadas para recibir los ovocitos que salen de los ovarios y en su interior se produce el encuentro de los espermatozoides con el óvulo y la fecundación.

OVARIOS

Los ovarios son 2 cuerpos ovalados en forma de almendra, de aproximadamente 3 cm. de longitud, 1 cm. de ancho y 1 cm. de espesor. Se localiza uno a cada lado del útero y se mantienen en posición por varios ligamentos como, por ejemplo, el ligamento ancho del útero que forma parte del peritoneo parietal y que se une a los ovarios por un pliegue llamado mesoovario, formado por una capa doble de peritoneo. Los ovarios constituyen las gónadas femeninas y tienen el mismo origen embriológico que los testículos o gónadas masculinas.

En los ovarios se forman los gametos femeninos u óvulos, que pueden ser fecundados por los espermatozoides a nivel de las trompas de Falopio, y se producen y secretan a la sangre una serie de hormonas como la progesterona, los estrógenos, la inhibina y la relaxina.

En los ovarios se encuentran los folículos ováricos que contienen los ovocitos en sus distintas fases de desarrollo y las células que nutren a los mismos y que, además, secretan estrógenos a la sangre, a medida que los ovocitos van aumentando de tamaño.

El folículo maduro o folículo de Graaf es grande, está lleno de líquido y preparado para romperse y liberar el ovocito que será recogido por el infundíbulo de las trompas de Falopio. A este proceso se le llama ovulación.

GLÁNDULAS GENITALES AUXILIARES: GLÁNDULAS VESTIBULARES Y GLÁNDULAS PARAURETRALES

Las glándulas vestibulares mayores (de Bartolino) son dos y tienen un tamaño de 0.5 cm. Se sitúan a cada lado del vestíbulo de la vagina y tienen unos conductos por donde sale su secreción de moco para lubricar el vestíbulo de la vagina durante la excitación sexual. Las glándulas vestibulares menores son pequeñas y están situadas a cada lado del vestíbulo de la vagina y también secretan moco que lubrica los labios y el vestíbulo.

Las glándulas parauretrales (de Skene) desembocan a cada lado del orificio externo de la uretra.

Espero que este esquema de nuestra anatomía no se te haya hecho muy engorroso y te sirva para hacerte una idea más clara de todo eso que está allá abajo, pero sobre todo lo que te recomiendo es que mires, toques y muevas. El ejercicio de mirar nuestra vulva con un espejo y buena luz es el primer paso para reconectarte y empezar a conocer tu fisiología del placer.


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