¡Hola! Soy Cristina Gómez Maciá,
ser sintiente y gozoso.

Dos hechos en mi vida han sido determinantes para facilitar el reencuentro con mi cuerpo y mi ser más profundo.

El primero, mi maternidad en el 2000: fui madre de mellizos y los amamanté durante años. Los inicios no fueron fáciles, mis hijos estuvieron ingresados veinte días, y si bien era mi intención darles el pecho no sabía cómo pegarlos. Después de la hospitalización contacté con Magdalena Villanueva, enfermera del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria que ya por entonces realizaba visitas domiciliarias y mantenía, junto a madres voluntarias, los primeros Grupos de Apoyo a la Lactancia de las Islas. Mi lactancia salió adelante gracias a mi empeño y a la entrega de esta mujer que estuvo apoyándome hasta que logré volar sola. De esta ayuda que me prestó surgió el agradecimiento que nos llevó a crear la Asociación Canaria pro Lactancia Materna, asociación que he presidido los últimos dieciocho años, en la que he desarrollado una labor de voluntariado que sin duda ha aportado muchísimo a mi vida.

El segundo, una profunda crisis personal que comenzó a finales de 2013: los malabares dejaron de servir para compaginar trabajo, negocio y familia, y todo se desmoronó. Se agotó mi capacidad de aguante forjada en años de colegio de monjas y práctica de artes marciales. El hámster dejó de girar la rueda.

Al poco tiempo entré en contacto con el Sistema Indanza. No es fácil resumir en unas líneas lo que ha aportado esta herramienta a mi vida. Conocí la Indanza a través del proyecto Danza Luna (Karol Eusa y Lou Solares), espacio nutritivo en el que exploramos el proceso de re-habitar el cuerpo a través de la danza oriental fusión y la Indanza, un camino sanador y amoroso. Después de unos meses de sumergirme en esta experiencia conté con el acompañamiento de Lou como asesora intuitiva. Primero se recuperó mi cuerpo y después comenzó un camino de aprendizaje amoroso en el que me iba haciendo con nuevas herramientas: el perdón, la mirada nueva, el desde dónde, la quietud interior, soltar y confiar… Mi agradecimiento profundo especialmente a Lou Solares y a todas las personas que conforman esa tribu de Amor.